Una compañía francesa de planificación urbana ha desarrollado
recientemente un plan para convertir la Torre Eiffel en un árbol gigante,
cubriéndolo con 600.000 plantas. Su idea es plantar, literalmente, los 324
metros de altura con 12 toneladas de tubos de goma e instalar poco a poco las
bolsas sembradas con vegetación para convertirla en un árbol que crece
orgánicamente. La compañía dice que el proyecto costaría 72 millones de euros
(alrededor de 97 millones de dólares) y eliminaría 87.8 toneladas de dióxido de
carbono del aire de París.
El plan – que ha generado una gran polémica mediática en el país
– fue desarrollado por el grupo Ginger, quienes lo defienden diciendo que “simboliza
la reconciliación de la naturaleza y la humanidad”, especialmente frente al aumento
de los niveles de contaminación del aire de la ciudad europea. Además lo han
planteado como un simbolo del compromiso de Francia con un futuro mundial
sostenible.
Pensado
para el año 2012, el proyecto se incorporaría a la instalación de luces LEDs
que se hizo hace una década para espectaculos nocturnos, y no se vería
comprometida por el nuevo plan. El peso total de la cubierta vegetal sería de
378 toneladas y se diseñó un sistema de riego que mantiene la vegetación
hidratada.
El
proyecto no ha sido aprobado por la compañía que opera la Torre ni tampoco por
las autoridades de la ciudad y todavía les falta convencer.
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